Por el camino subidas y bajadas, aire, sol de media tarde, naturaleza y conexión aqui ahora. Llego hasta el poblado y dejo la bicicleta a la entrada del pueblo. Las Experiencias de un Viajero Llamado tiempo, me hacen perderme entre las pocas calles que tiene y me siento enfrente del lago. Un bocadillo y un poco de agua son el alimento necesario para disfrutar la melancolía que produce la escena.
Llega la noche y vuelvo a Lugano. Me doy un pirulo en bicicleta por Lugano rodeando el lago. Son 15 minutos desde una punta a otra. La calma de la ciudad me serena y ver la ciudad en bicicleta, me hace conocer de otra forma Lugano.
Cuando llega la noche, vuelvo sobre mis pasos para retornar a casa. Hoy ha sido un día tranquilo.










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